Reflejo negro.
La luna, como amante natural de todos los tiempos, enmudece cuando el sabio calla.
Las olas huérfanas languidecen en las esquinas. Sin voz ni lengua, sin madre ni sangre.
Ni en vida ni en muerte.
Se deshabita la sombra del silencio.
Las manos se abren, vacías hacia el cielo
y la piedra en el mar
abre los ojos.
La luna, como amante natural de todos los tiempos, enmudece cuando el sabio calla.
Las olas huérfanas languidecen en las esquinas. Sin voz ni lengua, sin madre ni sangre.
Ni en vida ni en muerte.
Se deshabita la sombra del silencio.
Las manos se abren, vacías hacia el cielo
y la piedra en el mar
abre los ojos.
Trueno mudo
Ocre profundo.
Esa es la Revolución.
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